En cierta ocasión Jesús le dijo a sus discípulos:
Permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes. Un sarmiento no puede producir fruto por sí mismo si no permanece unido a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí.
Juan 15, 4
Una de las formas de mantenernos unidos a Jesús es a través de la oración; orar es simplemente hablar con Dios.
Pidan al Padre…
Para explicar la eficacia de la oración, Jesús le dijo a sus discípulos:
«Supongan que uno de ustedes tiene un amigo y va a medianoche a su casa a decirle: “Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo nada que ofrecerle”. Y el otro le responde a usted desde adentro: «No me molestes; la puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos ya acostados; no puedo levantarme a dártelos». Yo les digo: aunque el hombre no se levante para dárselo porque usted es amigo suyo, si usted se pone pesado, al final le dará todo lo que necesita. Pues bien, yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla y al que llame a la puerta se le abrirá. ¿Habrá un padre entre todos ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide pan? Y si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará espíritu santo a los que se lo pidan!»
Lucas 11, 5-13
Pero no existe una manera única de orar. Como en toda comunicación con otra persona, no solo hay palabras, también, formas, momentos, expresiones, lugares, gestos no verbales, silencios, conversaciones individuales o grupales… y todo eso es comunicación.
La emoción de comunicarnos con Dios… El Cantar de los Cantares.
Cuando estamos enamorados de alguien, cuánta emoción le ponemos a nuestra comunicación? De eso nos quiere enseñar Dios en el Cantar de los Cantares. Es un libro del Antiguo Testamento, probablemente escrito unos 300 años antes de Cristo. Narra las bodas de una pareja profundamente enamorada, y a través de ella Dios nos muestra con cuanta intensidad quiere que le amemos y nos comuniquemos con El.
En la relación de una pareja hay momentos de todo tipo: momentos de caricias, momentos de abrazos, momentos de hablar y momentos de escuchar, momentos de silencio, momentos de estar solo allí, uno junto al otro sin hablar, sólo haciéndose compañía. Lo importante, es estar consciente de que la otra persona está allí. No la ignoras. Pues así comienza nuestra conversación con Dios, dándonos cuenta que Dios está allí, contigo, a tu lado.
Te distraes a veces al orar? ES NORMAL!!! Cuantas veces te ha pasado que al conversar con alguien pierdes la idea, se te va el hilo, y hasta te preguntas, “perdón de qué hablábamos?”. Si eso nos pasa conversando con alguien que tenemos al frente, no nos pasará con mayor facilidad en la oración hablando con Dios?.
Las oraciones de memoria son excelente ayuda, pero debemos evitar: REPETIR COMO LOROS PALABRAS AL VIENTO!!! No se aprende un poema para recitarlo a una pared. Se dedica a alguien y se endulza con palabras al ser amado. Es como cuando la pareja tiene una canción favorita y la cantan una y otra vez, sin cansarse. Siempre con emoción, aunque veces la tarareas y omites frases de la letra, o no estas del todo pendiente de la letra, pero si con sentimiento. A fin de cuentas, lo que más importa es el sentimiento y la intención de que comunicarnos con Dios.
Si no tienes hábito de hablar con Dios, puedes colocar imágenes de Jesucristo u otros artículos religiosos en distintos lugares de tu casa , que te recuerden que Él está allí, y simplemente lo saludas cada vez que lo veas. Coloca una imagen en tu cuarto, para que recuerdes saludarlo al levantarte y darle las buenas noches al acostarte. Fija también un horario en el día que sepas que puedes dedicarle unos minutos a hablar más profundamente con Él; no tiene que ser una hora, con unos minutos al comienzo basta y luego irás sintiendo la necesidad de alargar más el tiempo de oración. Proponte hablarle también cuando estés en actividades de rutina como trotar o manejar. Poco a poco te irás acostumbrando a tenerlo presente en cada instante de tu vida.
Lo indispensable: ESTAR CONSCIENTE DE SU PRESENCIA Y TENER EL DESEO DE HABLAR CON DIOS!!!. El resto ya son maneras de enriquecer el momento.
La Iglesia nos ofrece y nos enseña muchas maneras de orar. Hablemos de momento de 3 formas.
La oración espontánea, a solas con Dios.
Hablando sobre la oración, Jesús comentó en cierta ocasión:
Tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.
Mateo 6, 6
Cuando empiezas a orar Dios se hace presente. Cuando lo invocas al rezar el «Padre Nuestro», Dios Padre se ubica frente a ti. ESTA ALLI!!!
Pero Jesús no solo lo decía, sino que el mismo con frecuencia lo practicaba, buscaba tiempo para apartarse y estar solo para orar:
- Buscaba siempre lugares solitarios donde orar. (Lucas 5, 16).
- Un día Jesús se había apartado un poco para orar (Lucas 9, 18).
- Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. (Lucas 11, 1).
- En el huerto de los olivos, Jesús estaba con sus discípulos, “se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y doblando las rodillas oraba” (Lucas 22, 41).
Jesús buscaba tiempo para el encuentro individual, personal, intimo con su Padre Dios. Que decirle allí a Dios? Lo que nazca de tu corazón!!!
La oración aprendida.
Está bien “recitar” oraciones de memoria?
Jesús nos enseñó el Padre Nuestro, y nos lo aprendimos de memoria:
Uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar…» Les dijo: «Cuando recen, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino. Danos cada día el pan que nos corresponde. Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe. Y no nos dejes caer en la tentación.»
(Lucas 11, 1-4).
Pero el asunto no es solo saberlo de memoria, es decirlo con el corazón. Un Padre Nuestro dirigido al aire, a nadie, sin pensar lo que se dice, tiene muy poco sentido.
Ocasionalmente también puedes “personalizar” un poco tus oraciones de memoria:
Padre bueno que estas siempre conmigo. Te amo de corazón.
Por favor toma las riendas de mi vida y dame todo lo que necesite para vivir.
Perdona por favor mis errores como trato de perdonar a quien me ofende.
Te pido me protejas y no me dejes seguir cometiendo errores como hasta ahora.
Así también tenemos los Salmos, un centenar de oraciones para aprender y degustar, para saborear como dulces poemas.
El canto.
Decía Francisco de Asís «el que bien canta, dos veces reza». Pero cuando decía bien, no era en el sentido melódico y musical, sino que se cantara con el corazón, dedicando el canto a Dios.
En internet tenemos a disposición miles de videos y canciones muy hermosas para meditarlas y ofrecerlas a Dios. A continuación te ofrezco dos temas, y te invito a que las escuches detenidamente, y las conviertas en oración a Dios.
Intercediendo unos por otros
Cuando rezamos el credo, al decir «creo en la comunión de los santos» se refiere a que todos los cristianos nos encontramos unidos por Jesucristo en la Iglesia, tanto los vivos como los difuntos, y es así que hablamos de la Iglesia triunfante que se refiere a los santos que ya gozan de la presencia de Dios en el cielo, la Iglesia peregrina o militante, que somos los vivos, y la Iglesia purgante, que son nuestros hermanos difuntos en el purgatorio. Como hermanos todos en Cristo, los vivos intercedemos unos por otros y por lo difuntos en el purgatorio, y los santos interceden por nosotros los vivos.
Veamos cuatro textos de la Biblia que nos dejan ver entre líneas que podemos interceder unos por otros:
El primero nos muestra que los santos están en la presencia de Dios: «Ustedes, en cambio, se han acercado… a la asamblea en fiesta de los primeros ciudadanos del cielo; a Dios, juez universal, al que rodean los espíritus de los justos que ya alcanzaron su perfección.» Hebreos 12, 22-24
Dos textos del Apocalipsis nos muestras de manera metafórica como las oraciones de los santos son presentadas ante Dios:
«El Cordero se adelantó y tomó el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. Cuando lo tomó, los cuatro Seres Vivientes se postraron ante el Cordero. Lo mismo hicieron los veinticuatro ancianos que tenían en sus manos arpas y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos.» Apocalipsis 5, 7-8
Otro ángel vino y se paró delante del altar de los perfumes con un incensario de oro. Se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono. Y la nube de perfumes, con las oraciones de los santos, se elevó de las manos del ángel hasta la presencia de Dios. Apocalipsis 8, 3-4
El cuarto texto de la carta de San Pablo a los romanos, muestra la importancia de interceder unos por otros:
Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús nuestro Señor y del amor, fruto del Espíritu, que recen a Dios por mí. Luchen conmigo rogando por mí. Romanos 15, 30
Y cuando las relaciones se “enfrían”
No dejes enfriar tu relación con Dios!!!
Como todas nuestras relaciones, si no las mantenemos vivas, terminan haciéndose rutinarias y poco a poco se van enfriando. Cambia el horario de tu oración, cambia la forma de orar, cambia lugares, etc. pero está pendiente y se creativo y cuando veas que la monotonía y la rutina te están alcanzado.
Santa Teresa de Avila ya no los advertía en Las Moradas: en el camino de la oración y del crecimiento del alma nos tocará pasar por momentos en que nos sentimos lejos de Dios y que nuestra Fe se enfría.
El Santo Rosario.
Mas adelante trataremos el tema del papel de María, la Madre de Jesús, en la vida del cristiano, pero hablando de la oración no se puede dejar de hablar del Santo Rosario.
El Rosario es una de las más eficaces armas espirituales que tenemos los cristianos. En sus muchas apariciones María la Madre de Jesús nos pide rezarlo a diario, así como muchos santos a lo largo de la historia.

- La Virgen lo pide:
- En Lourdes (Francia, 1858) aparece con un Rosario colgado del brazo.
- En Fátima (Portugal, 1917) la Virgen lo ha pedido explícitamente: “Quiero que reciten el rosario todos los días para alcanzar la paz en el mundo y el fin de la guerra”.
- En Bonata (Italia, 1946), recomienda la ” recitación ferviente y frecuente del Rosario, con la meditación de los misterios “.
- En Akita (Japón, 1973): “la única arma que queda es el Rosario, y el signo dejado por mi Hijo. Cada día recen el Rosario por el Papa, los Obispos y los sacerdotes “.
- En Garabandal (España, 1961-1965), dice la vidente Conchita: “Ese día hablamos mucho con la Virgen, y Ella con nosotras… Rezamos el Rosario viéndola a Ella y Ella rezaba con nosotras para enseñarnos a rezarlo bien…”
- En Cuapa (Nicaragua, 1980), dice la Virgen: “Que recen el Rosario no sólo en Mayo, sino siempre… Recen el Rosario meditando… Si rezan el Rosario, habrá paz“.
- En Medjugorje (Bosnia-Herzegovina, desde 1981) la Virgen nos pide: «Deseo que el mundo ore conmigo en estos días. ¡Ore lo más posible! Que ayune los miércoles y los viernes; que rece cada día al menos un Rosario completo: los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos…« (14 de agosto de 1984).
- El testimonio de santos y místicos:
- Juan Bosco (+1888): Tan necesario como es el pan para el cuerpo, así lo es el Santo Rosario para la salud del alma.
- Padre Pio de Pietrelcina (+1968): Al preguntarle cuántos rosarios rezaba cada día desde la mañana a la noche, respondió: “A veces cuarenta, otras veces cincuenta”. Y al preguntarle cómo hacía, respondía: “¿Y cómo haces tú para no recitarlo?».
- Teresa de Calcula (+1997): Aférrate al Rosario como las hojas de la hiedra se aferran al árbol; porque sin nuestra Señora no podemos permanecer.
- Juan Pablo II (+2005): Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor.
Pero antes de hablar del Rosario debemos conocer su oración central: el Ave María.
Dios te salve María, llena eres de gracia.
el Señor es contigo.
Bendita eres entre las mujeres,
y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús,
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
AMEN.
Se trata de repetir el saludo del ángel a la María cuando le anunció que sería la Madre de Jesús, las palabras de Isabel cuando María va a visitarla, ambas tomadas de la Biblia, y agregamos una súplica para que ella interceda por nosotros ante Dios:
| Dios te Salve María, Llena eres de gracia, El Señor es contigo. | Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María. Llegó el ángel hasta ella y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo. Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús.(Lucas 1, 26-31) |
| Bendita entre las mujeres, Y bendito el fruto de tu vientre Jesús. | Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! (Lucas 1, 39-42) |
| Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen. | La tercera parte en realidad tomó muchos siglos para que tuviera su forma actual. No es sino en 1568 que el papa Pio V deja por escrito la forma actual del Ave María.![]() |
Durante siglos en lugar del «Ave María» solo se rezaban las dos primeras partes, y la oración era conocida como la “salutación”. En el siglo XIII se difundió la costumbre de rezar el “salterio de María”, que eran 150 salutaciones, y se empleaban los “contadores” para llevar la cuenta del número de salutaciones rezadas.
En la búsqueda de promover la oración entre el pueblo sencillo, en 1470 el fraile dominico Alain de la Roche ‒o Alano de Rupe‒, funda en Douai (ciudad del norte de Francia, cercana a la zona renana) la Cofradía del Salterio de la Gloriosa Virgen María. Su éxito fue tal, que pocos años más tarde el prior de los dominicos de Colonia (ciudad situada en la zona renana) creó en 1475 la primera Cofradía del Rosario. Rápidamente comenzaron a fundarse Cofradías del Rosario en otros conventos dominicos, pasando a ser responsabilidad de la Curia Generalicia de la Orden de Predicadores (Roma) en 1485.
Tratando de integrar el rezo del Rosario en la espiritualidad dominica, en esta época comienza a identificarse a santo Domingo con el Rosario. Y, pasado el tiempo, surgió la conocida tradición de que la Virgen María entregó a este santo un rosario, pidiéndole que propagara esta oración por el mundo entero; considerando así a santo Domingo el fundador del Rosario.
En 1568 el papa Pio V da la forma actual del Ave María, y establece el Rosario con 15 misterios (5 gozosos, 5 dolorosos y 5 gloriosos).
En las apariciones de Fátima (1917), la Virgen pide agregar la jaculatoria al final de cada misterio.
Luego el papa Juan Pablo II (2002) agrega los misterios luminosos.
Los misterios se refieren a episodios de la vida de Jesús o de su madre María, se dividen en cuatro grupos, y se rezan según el día de la semana.
Misterios Gozosos (lunes y sábado)
- La Encarnación de Jesús en el vientre de María
- La Visitación de Maria a Isabel
- El Nacimiento del Hijo de Dios
- La presentación en el templo
- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
Misterios Luminosos (jueves)
- El Bautismo de Jesús
- Las bodas de Caná
- El anuncio del Reino de Dios
- La Transfiguración
- La institución de la Eucaristía
Misterio Dolorosos (martes y viernes)
- La oración en el Huerto de los olivos
- La flagelación de Jesús
- La coronación de espinas
- Jesús con la cruz a cuestas camino al calvario
- La crucifixión y muerte de Jesús
Misterios Gloriosos (miércoles y domingo)
- La Resurrección de Jesucristo
- Ascensión del Señor Jesucristo al Cielo
- La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles
- La Asunción de la Virgen María al Cielo
- La Coronación de la Virgen María y la gloria de los ángeles y de los santos
Para rezar el Rosario se comienza con una oración inicial, que regularmente es un acto de contrición. Se rezan 5 misterios, seguidos de 1 Padre Nuestro, 10 Ave María, 1 Gloria y una jaculatoria:
«Oh mi Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno.
Lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.

Pero al igual que cualquier oración, debemos evitar hacerlo en forma mecánica, inconsciente, a la carrera. Es preferible rezarlo incompleto pero meditado y saboreado, que rezarlo completo a la carrera.

